El último Domingo de Resurrección del Papa Francisco estuvo marcado por un evento de alto nivel y una muestra de cercanía hacia los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. En un día cargado de simbolismo, el Pontífice se reunió con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, en lo que sería su último encuentro oficial antes de su fallecimiento.
La reunión se llevó a cabo en el Vaticano el domingo por la mañana, justo antes de que el Papa impartiera la tradicional bendición Urbi et Orbi
. A pesar de las diferencias ideológicas entre ambos, el encuentro fue descrito como un breve intercambio de buenos deseos con motivo de la Pascua. Durante la reunión, el Papa obsequió al vicepresidente con un rosario bendecido, una corbata y huevos de chocolate para sus hijos, en un gesto que reflejaba su carácter cercano y generoso.
El vicepresidente estadounidense, quien se convirtió al catolicismo en 2019, expresó su tristeza tras el fallecimiento del Pontífice. A través de sus redes sociales, compartió palabras de respeto y admiración hacia el líder espiritual, recordando especialmente una homilía pronunciada por el Papa en los primeros días de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, las discrepancias entre ambos habían sido evidentes en temas sensibles como la gestión de los refugiados y las deportaciones masivas llevadas a cabo por la administración estadounidense. Mientras que el vicepresidente defendía un concepto jerárquico del amor basado en la prioridad hacia los ciudadanos de un país, el Papa abogaba por un amor cristiano universal, sin restricciones ni fronteras.
Texto: Tras el encuentro, el Papa salió al balcón principal de la Basílica de San Pedro para hablarles a los miles de creyentes que lo esperaban con alegría. Su mensaje fue corto pero conmovedor: «Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!». Después de eso, el maestro de ceremonias procedió con la lectura del discurso que había sido preparado. A pesar de su condición de salud, Francisco sorprendió a los asistentes al subirse al papamóvil.
para saludar a los presentes en la Plaza de San Pedro y en la Vía de la Conciliación. Este gesto, que no se veía desde hacía meses, se sintió como una despedida final, dejando una impresión imborrable en los asistentes.
El vicepresidente de Estados Unidos, que viajó a la India poco después de reunirse con el Papa, también posee una trayectoria personal que representa la diversidad cultural de su entorno. Su esposa, americana de nacimiento y practicante del hinduismo, es de una familia que se mudó desde la India en la década de los 80. Esta relación cultural ha estado vinculada con las políticas de deportación del gobierno estadounidense, que han impactado a miles de ciudadanos indios y fue un tema tratado en una reunión posterior del vicepresidente con el primer ministro de India.
El Papa Francisco, desde el inicio de su pontificado, siempre mantuvo una postura firme en temas sociales y humanitarios, lo que lo convirtió en una figura de gran impacto a nivel mundial. Su último Domingo de Resurrección simbolizó su compromiso con los valores cristianos y su cercanía con los fieles, dejando un legado que será recordado por generaciones.
El adiós del Papa ha dejado preguntas acerca del porvenir de la Iglesia y el efecto de su liderazgo en tiempos recientes. Su predicación de amor global, su protección hacia los más desfavorecidos y su habilidad para relacionarse con individuos de variados entornos y creencias permanecerán como elementos esenciales de su herencia.